Un testimonio de cómo construir lo que creíamos que queríamos y cómo conseguir lo que nunca imaginamos

Carpe Diem surge como un proyecto de una pareja de esposos que nos vimos enfrentados a un cambio laboral repentino que nos obligó a unir nuestras fuerzas para construir una propuesta en la que ambos pudiéramos participar, colaborar, crecer profesionalmente y apoyar a personas en su desarrollo y crecimiento personal, familiar, social y profesional, partiendo de una educación experiencial, eco sistémica, constructivista, pero por encima de todo humanista, en donde se rescatara el valor de las personas y la necesidad de crear espacios significativos para sí mismos y para su entorno.

Este concepto de desarrollo personal nos exigió reconocernos desde unos principios éticos y antropológicos, que parten de la apuesta por un proceso continuo de crecimiento del ser humano en busca del descubrimiento y la expresión de sus capacidades para ponerlas al servicio de las demás personas, en la construcción de una sociedad más justa basada en relaciones armónicas que de la misma forma aportaran en el fortalecimiento de las unidades productivas para apoyar la generación de valor a través de la satisfacción de sus grupos de interés, promoviendo mayores niveles de contribución de sus equipos de trabajo para el desarrollo de sus iniciativas y consecución de sus objetivos organizacionales.

Es cierto que a partir de esta iniciativa empresarial también había, hay y habrá un ánimo de lucro, sin embargo siempre hemos considerado que el ingreso no es el fin, es el resultado de un proceso satisfactorio que luego se multiplicará en la medida en la que nuestros clientes sientan que hemos identificado sus necesidades y que hemos respondido a ellas según sus expectativas…, afortunadamente en estos seis años lo hemos logrado, y prueba de ello se da a través de dos vías:

  1. Los procesos de recompra
  2. La oportunidad que ahora tenemos de servir genuina y desinteresadamente a causas sociales sin que medie un reconocimiento económico por ello.

Todo lo anterior se sustenta en nuestra aceptación de que somos hijos de Dios, con una misión en esta vida que ÉL nos ha regalado y con el compromiso de dar lo mejor de cada uno de nosotros para ser cada día mejores personas desde las áreas en las que nos desempeñamos y desarrollamos nuestros proyectos, por ello la Honestidad, Innovación, Calidad, Exigencia, Ley, Ética, Capital Humano y Sociedad se constituyen en los elementos que guían nuestro actuar.

Como en todo inicio tuvimos dificultades, sin embargo gracias al esfuerzo, disciplina, focalización de metas y organización para promover iniciativas que respondieran a las necesidades de nuestros futuros clientes, a la participación de un equipo de trabajo compuesto por colaboradores honestos y ávidos de compartir sus conocimientos y experiencia en pro de esta iniciativa, quienes creyeron en nuestro proyecto y aportaron esfuerzos significativos sin los cuales no seríamos quienes somos hoy en día [algunos de ellos aún continúan con nosotros, otros han partido en búsqueda de su desarrollo profesional], y gracias a nuestros clientes, en especial de los primeros en 2008, quienes depositaron su confianza en Carpe Diem a pesar del corto tiempo de vida en un mercado altamente competitivo, logramos consolidar un sueño que hoy martes 18 de marzo de 2014 llega a su sexto aniversario.

Hemos cometido errores,

pero por cada uno de ellos hemos encontrado un vasto océano de posibilidades para la estructuración, diseño, ejecución, control y evaluación de nuestros proyectos, que han sido insumos para el fortalecimiento de una oferta de valor sólida y generadora de oportunidades que se materializa a través de la identificación de la importancia de apoyar el fortalecimiento y consolidación de organizaciones a través del acompañamiento en sus iniciativas empresariales, de formar a las personas adultas en valores fundamentales que sustenten sus prácticas laborales, en la creación de espacios de participación y reflexión grupal que genere comunidades conversacionales generativas para el cambio y el replanteamiento de conceptos y estilos de vida, no sólo laborales, sino relacionales y personales.

Hemos compartido con empleados de muchas empresas, escuchando sus problemas, retos, aprendizajes, pero sobretodo, hemos reconocido el empuje del trabajador colombiano, su creatividad y pasión para hacer las cosas, además del disfrute que sienten cuando son escuchados y comparten momentos de apertura emocional con sus compañeros, aspectos que los conducen a valorarse como equipos de personas que están en el mismo camino en un momento de sus vidas, recorriéndolo para conseguir sus sueños.

Los viajes que hemos tenido la oportunidad de realizar, gracias a la ejecución de nuestros proyectos, nos han mostrado la riqueza de nuestro país, pero también las necesidades de formación de las personas en las distintas regiones, no sólo desde el desarrollo de competencias laborales sino también en la expresión emocional, creación de relaciones más favorables al interior de las organizaciones y del conocimiento de sí mismos y de quienes los rodean, entre otros muchos procesos que genuinamente hemos intentado cubrir cada vez que nos acercamos a las personas.

Sabemos con cuántas empresas hemos trabajado, cuántos proyectos hemos ejecutado y de qué naturaleza han sido cada uno de ellos; recordamos cuáles han sido las causas que han llevado a las organizaciones a tomar la decisión de ejecutar estos proyectos y en muchos casos también porqué decidieron hacerlos con Carpe Diem, sabemos las fechas, los lugares de ejecución y el valor de nuestra facturación, recordamos muchas de las anécdotas que han nacido en dichos procesos y muchas cosas más, pero lo más maravilloso de nuestra labor es saber que no solamente hemos generado impacto, bienestar, desarrollo y oportunidades de crecimiento en los participantes y en las empresas o instituciones para quienes trabajan, sino que en muchas ocasiones hemos generado esperanza, felicidad y contribuido con la construcción y materialización de los sueños de cada persona, de los sueños de cada organización.

Como esposos hemos aprendido que la unión hace la fuerza, que la base de cualquier proyecto está en la confianza mutua y el amor que le pongamos a nuestras metas, y sobretodo que juntos se pueden crear muchas oportunidades y sostenernos ante los sin sabores, siempre con la esperanza en los sueños que hemos construido y que nos mantienen de pie cada día para continuar con esta iniciativa por mucho tiempo más, soportada en una estructura organizacional [operativa, administrativa, comercial y financiera], sólida, cumplidora de sus obligaciones con la sociedad [instituciones del estado, sector financiero, medio ambiente, proveedores, clientes y personas], y con nosotros mismos, como personas responsables por la contribución en el fortalecimiento diario de mejores personas, mejores organizaciones, y en la construcción de un mejor país.