Justificación

Se observa en las organizaciones de hoy en día que las personas han evolucionado en su proceso de toma de decisiones, pasando de un esquema muchas veces empírico apoyado en la opinión [en contravía de los mínimos elementos conscientes y de análisis que se derivan de los procesos formales de formación], hacia un estado en el que si bien hay mayor consciencia de que se cuenta con elementos de análisis para perfeccionar dicho proceso, la gimnasia asociada con la búsqueda de datos, la aplicación de una metodología estructurada y el proceso en sí de la toma de decisión siguen siendo en varias oportunidades un producto del azar porque de alguna manera se configura el imaginario de que la organización como entidad será capaz de reajustar cargar para absorber los impactos y minimizar los mismos.

Si esto fuera del todo cierto, las organizaciones estarían en escenarios de crecimiento permanente alejadas de los problemas, sin embargo los mercados son finitos, la competencia existe, y los equilibrios del sistema se mantienen en una estructura de beneficios y perjuicios que derivan en escenarios de competencia que obligan a las empresas a reinventarse permanentemente para lograr sus objetivos.

Aquí surge la necesidad de brindarle a las personas nuevas, variadas y eficientes herramientas técnicas, estratégicas y relacionales que posibiliten mejores escenarios de amplio conocimiento para el análisis sistémico, táctico, estratégico y prospectivo que derive en la adopción de posiciones que promuevan la integridad de los sistemas, el aprovechamiento de oportunidades y la obtención de los mejores resultados a partir de las decisiones que estas personas estén en capacidad de tomar.