En mi escrito anterior, por allá finalizando junio, mencionamos que el proceso de aprendizaje tiene cuatro etapas [i) Incompetencia inconsciente, ii) Incompetencia consciente, iii) Competencia consciente y, iv) Competencia inconsciente], y alcanzamos a hablar de las tres primeras haciendo un paralelo con el aprendizaje de una lengua extranjera. ¿Consideran que lo presentado hasta ese momento se asemeja a la realidad?

Veamos la cuarta etapa continuando con el mismo ejemplo. En la competencia inconsciente hemos logrado ya el objetivo del proceso de aprendizaje, aquella en la que de manera “automática” escuchamos cuando alguien nos habla en otro idioma, y como si dichas palabras fueran expresadas en nuestro idioma nativo las entendemos fácilmente y de manera inmediata respondemos sin necesidad de traducir previamente…, llegado a este punto creemos haber culminado nuestro proceso de aprendizaje específico, y por creerlo ahí nos quedamos porque hemos alcanzado la meta, luego de lo cual nuestro cerebro puede [aunque no debería], ingresar en un estado de confort similar al que experimentamos cuando estamos en la primera etapa del proceso de aprendizaje [incompetencia inconsciente], porque podríamos no saber que existen otras cosas [esto es una falacia desde la perspectiva Socrática del conocimiento], es decir, nuevamente estamos en la etapa en la que nuestra sociedad ingresa en un proceso de estancamiento que hace que las brechas entre unos y otros mantengan su crecimiento acelerado; no hablemos a nivel local, tomémoslo a nivel global, ¿Qué posición ocupamos en términos de competitividad si nos comparamos con otros países?; está bien, también dejemos de lado a los países del “primer mundo”, hagámoslo simplemente con nuestros vecinos latinoamericanos.

Claro, en este punto muchos podríamos levantar la cabeza y mirar de manera algo soberbia a los países latinoamericanos, pero, ¿De dónde provienen los expertos actuales en el sector de hidrocarburos que están gerenciando estas empresas en nuestro país? [de un país que hoy en día está económicamente destruido]; ¿Quiénes han sido nuestros referentes a nivel latinoamericano para replicar el sistema de seguridad social que hoy en día tenemos?; si hasta hace poco éramos uno de los principales exportadores de banano y plátano a nivel mundial, ¿Por qué tenemos que importarlo de un país vecino para abastecer la demanda interna?…, y las preguntas podrían continuar, y lamentablemente la mayoría de ellas con respuestas en las que hay un denominador común: En ninguna de ellas está el nombre de nuestro país, sin embargo consideramos que la educación en nuestro país es excelente, y que luego de finalizada la misma nuestra mano de obra es altamente apreciada en el exterior…

…, y sí, sí es así, es fácil encontrar referencias en las que el común denominador es el mismo: La educación en Colombia es buena, y los colombianos somos buenos trabajadores, pero si esto es así, ¿Por qué nuestra competitividad sigue en niveles inferiores al mínimo esperado?

Bueno, son muchos los factores, y entre éstos debemos destacar por lo menos tres:

  • Nuestra debilidad congénita asociada al compromiso que debemos adquirir en el proceso de aprendizaje [no salimos de este tema, ni saldremos por un buen tiempo].
  • El alcance que desarrollamos en nuestro proceso de aprendizaje [el “cómo aprendemos”].
  • Lo que hacemos con el aprendizaje adquirido [nuevamente la zona de confort en la que ingresamos luego de cumplir alguna de nuestras metas].

Retomemos…, entremos nuevamente al proceso de aprendizaje de cuatro etapas.¿Por qué nos quedamos en la primera etapa?Porque adolecemos de referentes que desde temprana edad nos guíen por el camino del conocimiento, en consecuencia entramos en un letargo mental del que en la medida en que más nos demoremos en desprendernos, luego más difícil será lograrlo…, en consecuencia es necesario encontrar un agente dinamizador que nos lleve a una segunda etapa, que muchas veces es difícil encontrarlo porque es más fácil encontrar las respuesta con solo tomar el control y concentrarnos frenética y sistemáticamente en la pobre oferta televisiva en horario Triple A de algunos medios de comunicación.

¿Por qué nos quedamos en la segunda etapa?Porque luego del largo letargo dar el primer paso es complicado…, definitivamente no es que no hagamos las cosas porque sean complicadas, sino que se tornan complicadas porque no las hacemos, y con el nivel de sacrificio que nos caracteriza a muchas de las personas, pues es más fácil quedarnos en donde estamos y esperar que otros [el Estado], haga algo por nosotros para luego lamentarnos y entrar en ese círculo vicioso en el que no actuamos por esperar a un Estado que en ocasiones tampoco actúa, y nuestra respuesta retadora es tampoco actuar y así sucesivamente…, mientras tanto seguimos consumiendo la pobre oferta televisiva en horario Triple A de algunos medios de comunicación.

¿Por qué nos quedamos en la tercera etapa?Porque es la más difícil, la que más tiempo toma, la que mayores sacrificios demanda, la que obliga a la disciplina, constancia, esfuerzo, más horas de vigilia que de sueño, más tiempo frente a un libro que frente a un televisor, y como vemos que los resultados se demoran en el tiempo, simplemente renunciamos, porque es que “eso de estudiar” es muy difícil, y si con lo que tengo alcanza, ¿Para qué me esfuerzo más?…, más bien aprovecho para no perderme detalle alguno de lo que pasó en aquel producto de la pobre oferta televisiva en horario Triple A de algunos medios de comunicación.

¿Por qué nos quedamos en la cuarta etapa sin reiniciar nuevamente el círculo virtuoso del aprendizaje extendiendo nuestros horizontes para adquirir nuevos conocimientos?Porque somos de mentalidad de corto plazo, porque nos proyectamos para mañana pero no para dentro de un año, porque unimos los puntos hacia adelante olvidándonos de lo que en 2005 mencionó Steve Jobs en Stanford University…, los puntos se unen hacia atrás. ¿Qué significa esto?

¿Qué debemos hacer para comenzar a cambiar estas dinámicas?

Bueno, hablaremos de esto en mi próximo escrito, en el que abordemos el alcance que desarrollamos en nuestro proceso de aprendizaje a través de los niveles taxonómicos derivados del tipo de formación:

  • Información
  • Comprensión
  • Aplicación
  • Análisis
  • Síntesis
  • Evaluación.

…, por lo pronto podríamos dar el primer paso y modificar nuestras conductas que nos llevan de manera frenética y sistemática a consumir la pobre oferta televisiva en horario Triple A de algunos medios de comunicación…, aquella que de manera frenética y sistemática se le ofrece a la sociedad para evitar que la misma despierte del letargo que le impide avanzar en un proceso genuino de conocimiento que promueva el crecimiento y el desarrollo de nuestra sociedad…, pero esto ya es harina de otro costal, por lo pronto sigámonos concentrándonos en el proceso que nos interesa: Aprendizaje y gestión de conocimiento.