¿Sabes que el miedo es una emoción que no es posible eliminar?
Esta es una emoción muy útil para la supervivencia, ya que sirve de señal cuando pasamos por situaciones donde nuestra vida corre peligro. Sin embargo, acá está la parte delicada del asunto, ya que muchas veces dichas situaciones no son peligrosas para nuestra existencia, sino que es nuestra interpretación o creencia frente a dicho evento lo que hace calificarla como peligrosa o de riesgo.
En este sentido, y teniendo en cuenta el bombardeo de información frente a los posibles riesgos que nos rodean en la actualidad, seamos críticos y aprendamos a validar las fuentes, limitar y priorizar la información que atendemos y sobre todo, trabajar en fortalecernos, emocional y físicamente, para no dejar que el miedo nos invada.
¿Cómo entonces afrontamos esos miedos sin que nos superen? Practicando estas técnicas sencillas de autocuidado.
- Aprende a compartir lo que sientes, cuéntale a alguien de tu confianza lo que sientes, piensas y tus temores futuros.
- Al expresar tus ideas acerca de los miedos que tienes, permítete que te den opiniones y que tus ideas sean refutadas, analizadas o escuchadas sin asumir esto como un ataque personal.
- Escribe tus temores por una semana y luego vuelve a leerlos, revisando cómo se han ido transformando, para evaluar si había un fundamento real para sostener esos temores.
- Cuando aparezca una idea que te alimente los miedos, aprende a detenerla, ¡simplemente apenas surja, te dices PARA! Y sigue haciendo lo que estabas haciendo. Lo importante de esta técnica es no quedarte con esas ideas.
- En momentos que sientas que ya no es sólo una idea lo que te agobia, sino que tu cuerpo se está alterando, realiza la respiración 4-4-4. Consiste en tomar aire profundamente en 4 tiempos, sostienes por 4 segundos el aire y lo botas por la boca en 4 tiempos, hasta que te alcance a incomodar un poco la falta de aire y vuelves a hacer este ciclo.
- Combina el ejercicio, con música y luz solar. Esta es una propuesta muy sana y divertida para generar las endorfinas que tu cuerpo necesita diariamente.
- Respiración alterna: consiste en tapar con el pulgar la fosa nasal derecha y tomas aire profundamente por la izquierda. Sostienes, destapas la fosa derecha y tapas la izquierda y luego botas el aire por la derecha. Luego haces lo mismo con la otra fosa nasal.
- Practica con regularidad meditar, orar, visualizar o la autohipnosis (puedes encontrar los ejercicios ya grabados) y practica hasta que aprendas a regular tus reacciones físicas y emocionales.
- Desarrolla la idea que te agobia, escribe lo que te da miedo y pregúntate: ¿si esto verdaderamente sucediera, que pasaría? Y cuando te respondas, vuelve a preguntarte ¿y si eso es así, que pasaría? Y sigue preguntándote hasta que descubras cuál es la raíz del miedo. Una vez tengas clara esa raíz, o la necesidad que no estás atendiendo, fíjate qué ajustes puedes hacer en tus rutinas para satisfacer dicha necesidad. Sin embargo, si te das cuenta que la raíz de tu miedo se asocia a temores o vivencias que vienes arrastrando desde hace años, vale la pena que la compartas con un terapeuta o un consejero para que le des una solución más profunda a tu estado emocional.
Te invito a que escuches en youtube “Autohipnosis y Anclaje de Tranquilidad” en el siguiente link https://www.youtube.com/watch?v=qdLF6wCLCAI&t=822s y lo practiques con regularidad.